Situación de la revascularización de OTC en Latinoamérica
En los últimos años, la cardiología intervencionista ha puesto su foco en el desarrollo de la angioplastia (ATC) a oclusiones totales crónicas (OTC) alcanzando altas tasas de éxito (≈ 85%-90%). Esto generó un creciente interés en la logística necesaria para iniciar y sustentar un programa dedicado a OTC.
La ATC de una OTC es el procedimiento más complejo en el intervencionismo coronario, y como tal, tiene características distintivas, las cuales deberían ser contempladas en su totalidad antes de iniciar un programa. En comparación a una ATC no-OTC, en OTC el acceso vascular es doble, se emplean catéteres de mayor diámetro, los procedimientos son más prolongados, el tiempo de fluoroscopía y las dosis de radiación son mayores, como así también lo son el número de stents implantados y las tasas de complicaciones.
Llevado al día a día, esto genera una mayor utilización de recursos, materiales y de personal activo en sala, lo que justifica los altos costos de la intervención.
¿Cómo pensamos en un programa de OTC en LATAM?. El objetivo principal es brindar a los pacientes una atención de excelencia, con el fin de mejorar su calidad de vida y disminuir su carga isquémica, en el marco de una intervención segura y eficaz.
Es fundamental implementar procesos de mejora continua como medio para lograr la mayor calidad y eficiencia posibles, como así también para sustentar dichos procesos en el futuro. Es por ello, que la adopción de un programa de OTC deberá sustentarse en 4 pilares fundamentales que permitan planificar y sistematizar los procedimientos:
- Capacitación/entrenamiento
- Equipamiento adecuado
- Selección del paciente
- Gestión
Capacitación: se recomiendan dos operadores dedicados por servicio, los cuales deberían contar con experiencia en ATC complejas. Es importante contar con proctors en los primeros casos y en los escenarios más complejos. La asistencia a Summit CTO, observar casos en vivo e intercambiando experiencias, será una fuente inagotable de conocimiento. Los técnicos radiólogos y los enfermeros deberán estar familiarizados con el material, las diferentes estrategias de abordaje y las potenciales complicaciones.
Equipamiento y protocolos: se debería contar con un toolbox que permita el fácil acceso a los materiales dedicados (guías coronarias dedicadas, extensión de catéteres, microcatéteres, sistemas de disección controlada, etc) como así también al material necesario para manejar complicaciones (coils, set de pericardiocentesis, etc). Dado que se trata de procedimientos largos, se recomienda que el servicio tenga un laboratorio backup en caso de emergencias. Es fundamental contar con angiógrafos que provean alta calidad de imagen (flat-panel, preferentemente) y que, a su vez, acepten protocolos de baja dosis de radiación (adquisición 7.5 frames/seg).
Selección del paciente: es importante constituir un Heart Team CTO con cardiólogos clínicos y cirujanos cardiovasculares para evaluar la indicación caso a caso. A su vez, es importante contar con un servicio de imágenes complementarias (SPECT cardíaco, tomografía coronaria multislice) que contribuyan a la toma de decisiones.
Y gestión.